Pues de nuevo haciendo aparición después de una larga ausencia. Y esta vez les traigo unas imágenes para mostrar, con comentarios para que sea perceptible el por qué de la captura. Para comenzar; en la primera imagen se aprecia el amanecer. Como Berriozábal no tiene santísimas luces, el sol refulgente ilumina la pantalla del alba con sus tonos azul, celeste, magenta, naranja, dorado y amarillo; con un fondo obscuro del infinito en su parte superior. Además, en la parte baja se aprecian ligeros dientes de montañas envueltas en nubes, yendo en dirección de la depresión central de Chiapas.
¿Se han fijado en la transición de noche a día? En la segunda imagen se da a conocer cómo se observa ese evento por los rumbos de Efraín A. Gutiérrez, en una mañana fresca.
En las imágenes tres y cuatro, se muestra la diferencia entre un amanecer fresco y uno demasiado nuboso. Como fondo se aprecia al Mactumatza a mano derecha.
En esos días que la niebla y la brizna abrazan el lado norte de Berriozábal, y cae un poco de brizna al pueblo; hasta se puede apreciar un arco iris casi cuando es hora del ocaso. Esto se observa en la quinta imagen.
Por el momento, sólo estas 
para quienes quieran que nunca se aparten de ustedes.
Que disfruten de ese día si ya lo han apartado, pero, que no sea el único día especial, sino que hagan muchos de los siguientes días del año tan especial como el 14 de febrero.
